Buenos días (con retraso)
Al final entre las fiestas y las celebraciones esta semana la gacetilla se retrasa hasta el martes, causas de fuerza mayor. Muchas gracias a todos los que me enviaron su felicitación el día 1 de mayo puntualmente. A los que no sepan de que va el tema, les diré que ese día, además del día del trabajo, la fiesta de la sopa de cebolla (a pronunciar "soup d'oignon") y antesala de los días de la madre y de la comunidad de Madrid, fue mi cumpleaños, jeje. ¿Lo celebramos? Todavía me dura la resaca. Tres días bebiendo... en fin.
Para los que sabéis que a mí, con un vaso de vino y una copa me basta, ya podréis imaginar mi "cara" ahora mismo delante del ordenador. Ayer no puede venir a trabajar y hoy estoy casi igual. Felicidades a mi tocayo Javito, que cumple años el mismo día, el mismo mes y el mismo año que yo. Yo te felicité antes este año, jeje.
Empezaré diciendo que en el trabajo esta semana el jefazo ha estado de vacaciones, la directora de marketing está todavía con gastroenteritis, así que poco (casi nada) de presión, nada de estress, nada de nada. Por otra parte, el que me va a reemplazar en verano durante mi periodo de estudio, Raúl, ha llegado el miércoles desde Palma de Mallorca. Venirse ahora a Lille cuando empieza el calorcito desde las islas no es muy inteligente que digamos, pero bueno, él sabrá, jeje. Le quedan dos semanas de formación antes de meterse en harina, pero apunta buenas maneras.
El jueves había una "cremaillere" (leer celebración) en el McEwan's, un irlandés, para despedir a los que (finalmente) dejan la empresa, Sabrina, Emma y Bastian (alias "Bestian" jeje). Allí empezó todo. La "carmelite" (cerveza de triple destilación) precedió al pastis (anís) y al vino de la cena, en un restaurante chino. Al final de la cena, un postre de gengibre con sake y el chupito de sake de rigor. La última en un pub del viejo Lille, que no fue la última sino la penúltima y acabamos en casa de Bozo, uno de los programadores viendo videos de Mike Portnoy el batería de Dream Theater a eso de las tres y media. ¿Tengo que decir que al día siguiente empezábamos a trabajar a las ocho? En fin, un buen preludio para el fin de semana.
El viernes comenzaba la fiesta de la sopa de cebolla, así que nos dirigimos a los conciertos en Wazemmes, blues, rock, funky y algo de swing-jazz. Tres escenarios y bastante gente a lo largo de todo el fin de semana. En principìo íbamos tres personas a tomar algo y escuchar algo de música. De repente, salieron amigos de la facultad de Edouard, de la de Pierre, Bozo volvió de ayudar a Sabrina en la mudanza... Terminamos siendo un grupo de unas veinte personas "tomando algo". Mi primera copa fue una Coca-Cola, lo juro. Del resto de la noche no soy responsable.
La idea de la fiesta de la sopa, es que todas la asociaciones, barrios, grupos de interés, etc... de Lille debe hacer una sopa que tenga como base la cebolla. Además de la cebolla cada uno añadía espárragos, patatas, gengibre, etc... Al final del fin de semana y bajo votación popular, se debe elegir la mejor de todas. Degustación de sopa gratuíta, por supuesto. Una pausa entre concierto y concierto para retomar
fuerzas. Los conciertos duraron todo en fin de semana.
El sábado fue el día fuerte (¿Más aún?), claro era el día "D". Por la mañana mi intención era hacer un pastel, pero cuando me dirigía a la cocina con todos los "bártulos", mi cesta cedió al peso de todos los ingredientes y vajillas. Lo peor fue que mi querida taza de Friends (snif) se rompió en mil pedazos. Afortunadamente, el resto del día fue mucho mejor.
Después de pasar por los conciertos y celebrar la cena de rigor, estuvimos en uno de los mejores sitios que he tenido la oportunidad de conocer en Lille: "El Sofá Latino" una pequeña discoteca en el viejo Lille, con la mejor música y el mejor ambiente que duró hasta las tres y media de la mañana, sin parar de bailar. Obligatorio ir si se quiere pasar una noche bailando y sudando (ufff). No fui previsor y no llevé una segunda camiseta (jeje), afortunadamente no hacía mucho frío para volver andando. Había que cumplir con la tradición y pasamos por un Casino 24 horas para tomar un batido de chocolate y un sandwich de pollo. Lo mejor para reponerse después de un laaargo día.
El domingo salió el sol (ooooh), así que el picnic (En francés "piquenique") era obligado. Todo el día en la Citadelle para recuperarse de la fiesta. Ayer lunes, todavía estaba mal de la cabeza, así que me ausenté del trabajo. Además llegaba Maria Chiara de Italia y nos trajo algo de Limonccino (licor de limón típico de Italia) así que las excusas eran más que suficientes.
Creo que después de esta semana me merezco un descanso, de verdad. Será que me hago viejo. Veintisiete ya suenan muchos años más de los que sería aconsejable para tanta fiesta.
Hasta que el cuerpo aguante; la semana que viene más.